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Informe sobre la problemática de las bolsas de plástico

Hace algunos días fui al supermercado y me encontré que están vendiendo bolsas como las que usaban nuestras abuelas (de tela o similar) para no usar las que nos entregan habitualmente, de plástico, y de esta manera contribuir al cuidado del medio ambiente.

Pero cuando llegué a mi casa y tiré algo al tacho de basura, advertí que ahí también usamos bolsas de plástico para tirar la basura, entonces me pregunté: ¿si voy a hacer mis compras con la bolsa de tela, dónde tiro después la basura?

Así fue que empecé a investigar sobre el tema y la cuestión resultó ser más complicada de lo que pensaba, así que trataré de hacerles un breve resumen.

Las bolsas del supermercado están hechas de polietileno: el polietileno es probablemente el polímero que más se ve en la vida diaria. Es el plástico más popular del mundo. Éste es el polímero que además hace, los frascos de champú, los juguetes de los niños, e incluso chalecos a prueba de balas. Por ser un material tan versátil, tiene una estructura muy simple, la más simple de todos los polímeros comerciales. Una molécula del polietileno no es nada más que una cadena larga de átomos de carbono, con dos átomos de hidrógeno unidos a cada átomo de carbono1.

Interesante, ¿no? Ahora la pregunta sería: ¿esta combinación de moléculas cuando llega a la tierra, contamina o no? La Fuente TextosCientificos.com dice:

«El polietileno, al igual que otros plásticos, es un material demasiado valioso como para desecharlo; por lo que su valorización es siempre la opción preferible para su tratamiento. Pero de no mediar otra opción, si tiene que ser enterrados en un Relleno Sanitario, es importante saber que los residuos de polietileno son absolutamente inocuos para el medio ambiente. Por su naturaleza son inertes y no sufren degradación lo cual garantiza que no generan lixiviados de productos de degradación, líquidos o gases que puedan emitirse al suelo, aire o aguas subterráneas.»

Tal vez ustedes se estén preguntando lo mismo que yo: ¿si esta fuente tiene razón, para qué hay tantas campañas en contra de las bolsas de plástico? Y de hecho ¿para que nos venden las otras con la excusa de ayudar al medio ambiente?

Decidí desconfiar de esta fuente y opté por pensar que las bolsas de plástico cuando llegan a la tierra hacen daño. Así que llamé a Greenpeace y hablé con Oscar, quien me dijo lo siguiente: «No existe en el mundo una bolsa que sea biodegradable, todavía no se inventó» y agregó que «es mentira que las bolsas no contaminan, todas lo hacen. De hecho nosotros no tenemos un espacio en nuestra agenda para el tratamiento del tema porque no hemos encontrado una solución para ayudar con esta problemática».

Sin embargo, existen en la actualidad varias empresas que aseguran haber desarrollado una técnica o procedimiento para obtener bolsas de polietileno BIODEGRADABLES. La explicación de cómo llegaron a esto parece ser muy simple: a estas moléculas de las que les hablaba antes, le rompen la cadena estructural y le ponen un aditivo, que haría viable su degradabilidad en menor tiempo y sin afectar el medio ambiente.

Pero para estar seguros de lo que estamos hablando, decidimos consultar con un ingeniero químico quien nos advierte que hay muchos intereses en juego y algunas cosas se postulan como productos ecológicos o de fácil degradación pero resulta no ser tan así. A pesar de esto, nos cuenta que (…) “Existen varias alternativas que van en línea con los nuevos desarrollos en plásticos «eco-friendly». Un caso es el plástico soluble en agua, un desarrollo que empezó una empresa hace algún tiempo (seguido por otras compañías), y hoy ya se usa con éxito para ciertas aplicaciones de limpieza, etc..”

Para los que gustan ahondar en detalles técnicos, dice: “existen polímeros fácilmente biodegradables, como la polilactida (PLA), que es un poliéster termoplástico, que se obtiene a partir de procesar almidón (de lo que sea: maíz, algún tubérculo, etc.) y una vez que empieza a descomponerse lo hace en unidades de ácido láctico (compuesto que está presente en la leche, en nuestros músculos cuando nos acalambramos, y demás) y también está bastante desarrollado el polihidroxialcanoato (PHA), que es bien ecológico, porque la polimerización la hacen bacterias adentro de sus mismas células (…)”

Para concluir con este tema (al menos por ahora), debemos decir que hasta el día de hoy no estamos en condiciones de afirmar o desmentir la existencia de bolsas plásticas no contaminantes. Pero sí sabemos que existen leyes que regulan el uso de éstas y también podemos adoptar hábitos de consumo muy simples para colaborar desde nuestro lugar como ciudadanos (ver “http://www.planetica.org/bolsas-plasticas-consejos-practicos”).

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