La postura de la delegación india se sostuvo en un tratado no vinculante que siguiera el modelo de la Organización Mundial del Comercio donde cada país declarara sus emisiones. Después de llegar al acuerdo, Barack Obama lo comunicó a la Unión Europea, que lo aceptó.
El texto tiene solo tres folios en los que se incluyen solo de forma orientativa, la reducción de emisiones que cada país ha presentado a la cumbre; las reducciones definitivas deben estar el 1 de febrero de 2010.
La transparencia de este “acuerdo” solo se limitará a un sistema «internacional de análisis y consultas» que está por definirse, en donde se establece que cada país comunicará sus emisiones a la ONU respetándose la soberanía nacional.
Las reducciones de emisiones que se hagan con dinero internacional sí estarán sujetas a un completo sistema de comprobación pero China ha declarado que no quería dinero internacional, porque no quiere pues no deseaba verse retenida a un sistema de contabilidad internacional.
El embajador brasileño manifestó que EE UU exigía la transparencia de los países en desarrollo. Obama dijo que el sistema de consultas por definir «dirá mucho de lo que hace falta saber» y que «actualmente ya podemos saber mucho de lo que ocurre en un país con imágenes de satélite».
En lo que sí están de acuerdo (o eso parece) es que se mantenga el objetivo de que la temperatura global no suba más de dos grados centígrados. Sobre cuándo las emisiones deberán alcanzar su máximo solo se dice que «lo antes posible» y no se establecen objetivos para 2050.
Tampoco se ha incluido la recomendación del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) de que las emisiones de los países desarrollados deberían reducirse para 2020 entre un 25% y un 40% sobre el nivel que tenían en 1990.
El acuerdo alcanzado entre EE.UU., China y otros 27 países no fue aceptado por unanimidad en la Convención pues lo rechazaron algunos países como Cuba, Bolivia y Nicaragua. Por ello los delegados del pleno de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático renunciaron a votarlo y acordaron una fórmula de «tomar conocimiento» del documento, o sea quedó en la nada.
Hugo Chávez y Evo Morales, se hicieron sentir enérgicamente unidos en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) quienes lograron que el modesto acuerdo de protección climática no vinculante, forjado por EEUU, China, India, Sudáfrica y la Unión Europea, quedará en papel “para reciclar” por no decirlo de otra manera mas grosera, expresión de un acuerdo que los pobres del planeta rechazan.
Renunciando a la unanimidad, el plenario de la conferencia climática sólo pudo asumir un documento de mínimos, sin valor, que postergó para 2010 los «deberes climáticos», entre ellos la fijación de metas de reducción de emisiones contaminantes para las naciones ricas.
Tras golpear despiadadamente al capitalismo, como origen del calentamiento global, Chávez y Morales, junto a otros países en vías de desarrollo, se aliaron en un esfuerzo solidarizado para rechazar la cumbre que consideraron “antidemocrática, manipulada y teledirigida desde la Casa Blanca y Bruselas”.
El pacto (¿alcanzado?) no será oficial pues la Convención de Cambio Climático funciona por consenso y que un solo país de oponga impide la adopción del acuerdo. El portavoz del G77, el sudanés Lumumba Lumumba Stanislaus Di-Aping, mostró su indignación: «Un acuerdo que aumente la temperatura dos grados centígrados supone que en África subirá 3,5 y destruirá nuestras economías y nuestro pueblo».
Críticas y reacciones
A pesar del consenso final entre Brasil, Estados Unidos, China, India, y Sudáfrica, graves dudas surgieron acerca del alcance de lo que se logró en esta reunión. Barack Obama declaró haber alcanzado un «avance significativo», pero la mayoría de los medios señalaron que el acuerdo logrado distaba bastante de lo que esperaban la ONU y los científicos.
De hecho, según los organizadores (la Unión Europea), el objetivo inicial de la cumbre era conseguir un acuerdo legalmente exigible. Al final sólo se consiguió que Estados Unidos y las economías emergentes ofrecieran un proyecto de reducir las emisiones para que el aumento de la temperatura no sobrepase los 2 °C, pero sin ningún tipo de plan claro sobre como hacerlo.
Los representantes de China se declararon satisfechos por el acuerdo. En cambio, el Presidente de Francia Nicolas Sarkozy, que se había comprometido para llegar a un acuerdo vinculante, declaró: «El texto que tenemos no es perfecto». Y Brasil también se sumó a esas declaraciones.
Barack Obama concedió que el acuerdo alcanzado en Copenhague era modesto, pero insistió en que puede constituirse en la base para negociaciones más ambiciosas. Al parecer en presidente Obama es el mas optimista en todo este asunto.
Muchos países, incluyendo los de Europa y del mundo en desarrollo criticaron la falta de resultados, criticando a EE.UU y China por no haber alcanzado un acuerdo vinculante que limite las emisiones de carbono. Países en desarrollo, en particular países de América Latina, que criticaron a Obama, insistieron que las naciones industrializadas, responsables de la mayoría de la contaminación, deberían pagar la mayor parte del costo para mitigar los efectos.
La mayoría de los movimientos ecologistas y organizaciones no gubernamentales presentes en la conferencia de Copenhague expresaron su desilusión, advirtiendo que el acuerdo conseguido era insuficiente.
Reprobaron que no haya objetivos para los recortes de carbono y ni un acuerdo sobre un tratado legalmente vinculante.
Se habló también de la creación de un fondo global de 100.000 millones de dólares financiado por los países ricos para combatir el cambio climático en los países pobres, pero algunos críticos dijeron que esa cifra era insuficiente.
Finalmente…
Estados Unidos declaró que la lucha contra el cambio climático debía seguir. Igualmente la Unión Europea se mostraba optimista frente al progreso que se pudiese lograr en el 2010. De hecho, una reunión estaba prevista en Bonn, Alemania, a mediados 2010, y también en México (COP16).
Pocos días antes de la COP15, Felipe Calderón y los representantes de México en la cumbre declararon que los países debían establecer en Copenhague las bases para permitir la elaboración de un futuro acuerdo definitivo, esperando que este nuevo tratado sea firmado a finales de 2010, durante la XVI Conferencia sobre Cambio Climático (COP16), que se celebrará en México.
Bah! En definitiva ¿esto fue un ensayo? Nos enteraremos en México 2010..